Tenemos claro que la sangre es un derecho y una necesidad: sin sangre no hay vida, ésta no se puede fabricar, hay que recibirla con la cantidad y calidad suficiente y en el momento y lugar que se necesite. Lógicamente, sin la existencia de los donantes de sangre es imposible que la medicina transfusional se desarrolle y más aún realizar un soporte sostenido a la medicina de alta complejidad.
En distintas situaciones de emergencias médicas se evidencia la necesidad de componentes sanguíneos y ahí es donde se acude a la donación por reposición. Ante una urgencia por accidentes, intervenciones quirúrgicas complejas, trasplantes, enfermedades onco-hematológicas, hemorragias post parto, etc.; las personas se acercan a los centros de salud, generalmente por solicitud médica o por pedido de un familiar del paciente y donan sangre. Es decir, el sistema de donación sanguínea por reposición todavía hoy cubre un porcentaje importante de la demanda transfusional en Argentina. Modelo que deseamos cambiar.
La donación de sangre voluntaria y habitual es un acto solidario que permite asegurar un suministro seguro y constante para las personas que la necesitan. “No esperemos a donar cuando alguien lo necesita. La necesidad es diaria”.
Rol de la educación en la promoción de la donación voluntaria y habitual
Es de vital necesidad poner en la agenda pública la importancia de los donantes y de la sangre segura como recurso para la atención de excelencia en la salud, generar conciencia colectiva, educar y concientizar a los jóvenes sobre la importancia de la donación voluntaria de sangre: la donación voluntaria y habitual es la piedra angular para la seguridad del paciente y un eficiente uso de los recursos.
Según la Ley 25.936 del Ministerio de Educación (2004) la donación de sangre es una temática para ser abordada por los distintos niveles educativos de nuestro país.
“Se toma como punto de partida la importancia de incorporar a la educación formal y no formal, la promoción de la donación voluntaria de sangre, como eje transversal en relación al cuidado de la vida, del cuerpo y de las acciones colectivas que nos posicionan como una sociedad humanamente mejor” enuncia la Guía para promotores en programas educativos del Ministerio de Salud de la Nación. Dirección de Medicina Transfusional.
Cómo se actúa desde la docencia en las campañas de donación
La concientización de la comunidad es esencial para poder reemplazar paulatinamente el modelo de reposición por el de voluntario.
Existen múltiples factores que explican, desde una base cultural, por qué el sistema de reposición se mantiene en relación al de voluntario o no relacionado al paciente. No obstante, con esfuerzo, educación y compromiso podremos cambiarlo.
“El rol de la escuela es el de educar. El alumno, por lo general, por una limitación de edad no dona pero sí informa. Informa a su familia, al entorno de la misma, a la comunidad. El alumno se constituye, lenta pero sólidamente, en un partícipe crítico y en un futuro donante responsable (…) Con un abordaje áulico constructivo, despertando el interés del alumno, años más tarde quizá aflore de su pensamiento el acto de donar sangre como una acción solidaria a realizar” expresa su compromiso Silvio Sanso, directivo de la Escuela Campos Verdes, de Benito Juárez (Pcia. de Buenos Aires) y docente de la Escuela Agropecuaria de esa comunidad.
Se espera que este ejemplo a modo de Proyecto: Escuela -Comunidad- Hospital, se replique en otras poblaciones que se esmeran a diario para dar soporte a los Bancos de Sangre en las instituciones de salud de todo el país.
Existen países en los que la forma voluntaria de donación ha llegado a reemplazar totalmente al de reposición. Sin duda, el principal motor para alcanzar esta meta es la educación y la comunicación entre los organismos estatales y la sociedad.
Solo trabajando en conjunto el sistema de salud y el educativo, involucrando a entidades intermedias y el sector político de la comunidad podría sin duda, lograrse una respuesta positiva y sostenida.
Algunos datos de importancia
· La OMS y la OPS, recomiendan y promueven el modelo de donación 100% voluntaria.
· En Argentina contamos con 55% de donantes voluntarios, lo que aún resulta insuficiente.
· La Dirección de Medicina Transfusional del Ministerio de Salud de la Nación estima que si el 3 al 5% de la población sana donara 2 veces al año, se abastecería el total de los requerimientos del país.
Desde hace años se persiguen estos tres objetivos:
· autosuficiencia, en base a la donación voluntaria y habitual
· garantías de seguridad para el receptor y el donante
· uso óptimo de los componentes sanguíneos y sus derivados
¿Por qué el cambio de paradigma a la donación de sangre Voluntaria y Habitual resulta impostergable? ¿Cuál es el beneficio que puede aportar a la comunidad?
Porque en los países desarrollados donde la donación es 100% voluntaria y habitual la evidencia científica avalada por sus datos epidemiológicos nos demuestran haber logrado suficiencia y la más alta seguridad en las transfusiones, particularmente en lo referente a la transmisión de infecciones.
ü El donante voluntario, habitual, con un perfil altruista, es el donante más seguro, porque se encuentra mejor informado y conoce cabalmente el proceso.
ü Sabe que los estudios que se realizan en la sangre para las transfusiones tiene limitantes, como el período de ventana: lapso de tiempo que cada infección necesita para que las pruebas de laboratorio puedan detectarlas o resultados falsos negativos.
ü Es consciente de las situaciones que pueden implicar mayor riesgo en la transmisión de infecciones y por tanto se cuidan en no incurrir en ellas o en su defecto se abstienen de donar.
ü Dona sangre por convicción, solidaridad con la certidumbre de ayudar al prójimo, sin presiones u obligación familiar o laboral.
ü La información y el conocimiento lo empoderan para derribar las barreras que le impiden ver la importancia primordial que representa el donante de sangre para el sistema de salud.
ü La responsabilidad social adquirida por el donante voluntario contribuye decididamente al bienestar de la comunidad y particularmente del paciente y su entorno familiar para abocarse al tratamiento médico que necesita.
ü No espera retribución alguna y como toda manifestación solidaria, lo ofrece como pequeño gesto anónimo que da solución a un gran problema.
ü Acude a donar, en forma habitual y repetitiva, sin esperar el llamado (desde la donación de sangre hasta la utilización de sus componentes pasan por lo menos 24 horas, por lo cual, si la donación se realiza ante una emergencia ya se está llegando tarde).
ü Cuida su salud para poder seguir donando.
ü Sabe que la regularidad de una donación permite disponibilidad de sangre para quien la necesite, en tiempo y forma.
ü Facilita un relevamiento estadístico de las condiciones hematológicas e infectológicas de la población, garantizando además la prevención de infecciones transmisibles por transfusión.
La necesidad se centra no sólo en captar nuevos donantes, sino que aquellos que alguna vez donaron por un familiar comprendan la necesidad del cambio para el bienestar común y se fidelicen como tales.
Dónde se puede donar en Argentina
En la página del Ministerio de Salud existe un mapa donde se indican los lugares cercanos a tu domicilio, con todos los Bancos de Sangre habilitado, donde podrás realizar tu donación.
Importante: si alguien por alguna razón, temporaria o permanente no puede donar, de igual manera puede contribuir satisfactoriamente, transmitiendo la importancia de la donación voluntaria, sin embargo para lograr esto, también es necesaria la educación.
Posibles causas de la escasez de donaciones voluntarias
– Inseguridad, miedo y dudas. Existencia de mitos.
– Desconocimiento de los beneficios en equipo de salud
– Escasez de Campañas Educativas.
– Falta de conciencia comunitaria.
– Estrategias comunicativas deficientes.
– Campañas espasmódicas, sin continuidad en el tiempo.
– Personal insuficiente para la atención que genera demoras en la atención y desalienta la donación.
A modo de conclusión
La población debe conocer que todos en algún momento de sus vidas pueden necesitar de una transfusión, por lo cual es necesario dar a conocer y educar que con un simple gesto solidario podemos ayudar a varias personas.
También es necesario reconocer que “no hay ningún programa de promoción de la donación de sangre que sea aplicable universalmente, porque no hay dos comunidades que sean iguales”, debemos analizar nuestra propia población y diseñar nuestros propios programas para conseguir esa base estable de donantes fidelizados y establecer la necesidad de nuevos donantes.
En toda organización sea pública o privada de mediana o escasa complejidad, contar con un sistema de promoción de la donación es uno de los garantes para mantener el suministro de sangre adecuado y seguro, consiguiendo una base de donantes activa.
La idiosincrasia y la complejidad de nuestro país (heterogeneidad de la población, grandes centros urbanos VS. poblaciones alejadas) dificulta encontrar una estrategia para campañas de donación exitosas. Fundamentalmente debemos basarnos en la educación permanente tanto en el ámbito colegial como en el hospitalario y en la formación sobre la necesidad de la disponibilidad de la sangre y componentes sanguíneos para toda la población; a la vez que se intente contrarrestar aquellos frenos subconscientes (mitos y temores) que pudieran existir.
Sin dudas, asumo mi responsabilidad como médica especialista. Seguiré trabajando a modo de desafío para lograr este cambio cultural y paradigmático en la Medicina Transfusional, continuar fortaleciendo la promoción y capacitación a todo nivel y lograr el objetivo recomendado: 100% de donantes voluntarios en la institución.