Las enseñanzas de la Historia.

Debí averiguar, ante una pregunta con imprecisión de respuesta, y encuentro que 2.500 años A.C. aquellos primitivos habitantes de la Mesopotamia (hoy Irak y Siria) inventaron la rueda. Otras informaciones citan 4.500 años. Las primeras fueron unas grandes piedras redondeadas y agujereadas para poder ensartarles un eje que, con su aplicación, modificaron todo. Más o menos desde el año 950 (A.C.) parece que los egipcios crearon un sistema, con un dispositivo de rosca, para facilitar el riego y, recién en el 1826 aparece “Josef Ressel”, un guardabosque checo-germano, que sirviéndose de algunos antecedentes inventó la hélice. Fueron estos elementos, la rueda, el riego y el efecto de la hélice con los que “Carlos Gesell -“el domador de las dunas”- diseñó un sistema que recuerdo con claridad cuando lo puso en funcionamiento delante mío. Quedé asombrado. Fuimos con la tele a reportearlo (años 70, falleció en el 79, con 87) y entre mil y una anécdota, amén de como hizo para lograr que los plantines se adecuaran a la arena, explicó el funcionamiento de una enorme cruz de caños, larguísima, minúsculamente perforados que, al ser impulsada por el viento dejaba caer una lluvia muy finita para rociar un entorno de algo más de 20 metros. Me atrevo a decir que para subir el agua aplicaba una mezcla del famoso “tornillo de Arquímides” (un sistema helicoidal que permite, al girar, que pase el elemento deseado. Se usa mucho para perforar, también) de manera que, por similitud de una hélice, pues los caños mostraban unos pequeños alerones posibilitando que el viento hiciera lo suyo, el artefacto cumplía su función. Todo aunado resultó clave para que pudieran brotar, en el especial vivero que rodeaba su casa, muy cerca del mar, arbustos y árboles, hoy orgullosos ejemplares y uno de los distintivos de la localidad.
La ciudad, ya no “la villa” a la que tanto le cantó “Carlos Barocella”, data de 1942 , cuando en la inmensidad ventosa de los médanos costeros se instala “Don Carlos”, auténtico pionero, fundador y legítimo emprendedor que, con la creación de 5000 años A.C, las lecciones de los griegos y el ingenio de Ressel, nos legó un auténtico oasis.
Con la investigación no solo pude responder las consultas, sino que accedí, sin querer, a memorar una experiencia fenomenal, entre las muchas que por aquellos años me facilitó la profesión.
De el muro de Hernán Rapela: https://www.facebook.com/profile.php?id=100016926313745

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