Tras su limpieza, el Riachuelo vuelve a ser navegable y será utilizado con fines turísticos.

Luego del saneamiento de la Cuenca Matanza-Riachuelo, el juzgado de Morón habilitó la navegabilidad de ese curso de agua, para fomentar el turismo sustentable. Por el momento se habilitó la navegación desde la confluencia del Riachuelo con el Río de la Plata hasta el Puente Nicolás Avellaneda, donde habrá estación de ascenso y descenso de pasajeros.

Bordes costeros con vegetación autóctona, en los que se ven árboles y plantas acuáticas, peces, aves y hasta ejemplares de coipos (especie de nutria o roedor acuático) es la nueva escenografía del entorno de la Cuenca Matanza-Riachuelo, que parece haber cambiado para siempre. Lejos quedó la típica postal en la que se veían barcos abandonados, muelles destruidos o autos hundidos en su lecho. Tampoco se percibe ese desagradable olor tan característico tras casi dos siglos de contaminación.

Ahora, y luego de los trabajos de saneamiento que se realizaron en la cuenca, tras el fallo de la Causa Mendoza, el tradicional curso de agua que bordea el sur de la Ciudad de Buenos Aires, que se convirtió en un verdadero depósito contaminado de desechos industriales y desperdicios tóxicos a cielo abierto, vuelve a ser navegable. Al menos el tramo que va desde la confluencia del Riachuelo con el Río de la Plata hasta el Puente Transbordador Nicolás Avellaneda –a pocos metros de la Vuelta de Rocha–, que será utilizado con fines turísticos.

Habilitaron el uso turístico del Riachuelo en el circuito que une Tigre y La Boca

La decisión se tomó a partir de un pedido que recibió el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional de Morón N°2 –que había suspendido la navegabilidad del río Matanza-Riachuelo en 2011– de parte del Ministerio de Turismo de la Nación con el propósito de impulsar la navegación fluvial con el fin de “promover el turismo sustentable, defender el medioambiente y recuperar la relación con el río».

Desde la cartera ministerial que dirige Matías Lammens indicaron que el plan consiste en “que el servicio de lanchas que unirá el Delta con Quilmes tenga una parada en el barrio de La Boca y comience a funcionar antes de fin de año”.

Ha cambiado mucho la situación de la cuenca en estos 15 años, pero en el caso de las navegaciones, cuando el juez las suspendió en 2011, el Riachuelo era otro. La situación cambió sustancialmente por lo que el juez levantó la prohibición en ese tramo”, señaló Martín Sabbatella, titular de la Autoridad de Cuenca Matanza-Riachuelo (Acumar).

Cuenca Matanza Riachuelo: limpiar y monitorear la contaminación

Punto de inflexión

Poder navegar el Riachuelo indica un punto de inflexión entre el estado original del curso de agua y cómo está ahora. Igual falta mucho por hacer”, aseguró Fabio Márquez, director de la Comisión de Participación Social de la Acumar. “Navegar quiere decir que ya no se enreda la basura en la hélice del motor, que se puede recorrer sin percibir olores nauseabundos y hasta observar un paisaje restaurado de sus márgenes que hace 15 años no existía”, agregó.
PERFIL tuvo la posibilidad de navegar el tramo que va desde el embarcadero de la Acumar, a la altura del viejo Puente Bosch, hasta la confluencia con el Río de la Plata y comprobar, de primera mano, cómo se encuentra realmente el río.

La vieja escenografía que se componía de basura flotando, barcos abandonados o márgenes ocupados por viviendas vulnerables o instalaciones industriales ilícitas cambió por una imagen en la que se ven desde aves acuáticas hasta zonas parquizadas con juegos en el borde costero. También se ven peces. “Ahora se puede ver la ribera con vegetación nativa espontánea, plantas acuáticas o palustres que generan situaciones de fitorremediación. Es decir, son plantas que absorben la contaminación y actúan naturalmente limpiando el río. Son indicadores de que el río está mejor”, afirmó Márquez en su charla con este diario durante el recorrido fluvial.

Remar en el Riachuelo: cómo es la experiencia y quién la organiza

Luego de los trabajos de saneamiento encarados por la Acumar, a lo largo de la traza de la cuenca se pueden ver diferentes especies de aves según las épocas del año. Por esta época, por ejemplo, se ven gallaretas, patos barcinos, biguás, garzas blancas y moras, tortugas de agua y coipos. Una fauna silvestre que antes no existía y que ahora ocupa territorio.

Falta mucho, pero estas referencias nos dan el aliciente de que vamos por el buen camino. Que se están haciendo bien las cosas. De todas maneras, y más allá de las inversiones y la gestión cotidiana, hay un recurso que no se compra con dinero, y es el tiempo. Es un recurso fundamental que permite sostener este tipo de políticas. Estos temas no se resuelven de un día para el otro. En Londres, por ejemplo, llevan más de 70 años de saneamiento ambiental y no se puede nadar. Lo mismo ocurre en el Sena, en París, en donde prohibieron los deportes acuáticos de los próximos JJ.OO. de 2024 por los altos niveles de contaminación que aún presenta”, señaló, por último, Márquez.

FUENTE Y TODOS LOS CRÉDITOS https://www.perfil.com/noticias/sociedad/
A.J.

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