Herramientas para la adecuada vinculación de los hogares más vulnerables que aún no se han conectado a las redes ya disponibles de agua potable y cloacas o que lo han hecho de manera alternativa
Con el objetivo de brindar herramientas para la adecuada vinculación de los hogares más vulnerables que aún no se han conectado a las redes ya disponibles de agua potable y cloacas o que lo han hecho de manera alternativa, AySA lleva adelante su programa “Conectar T”. Este programa es financiado por el Banco Mundial y contempla la realización de 10.000 vinculaciones de agua potable y 20.000 de desagües cloacales para el año 2025 con el objetivo de que las personas usuarias puedan efectivamente hacer uso de los servicios. A la fecha, ya se realizaron más de 8.600 conexiones beneficiando a más de 34.700 habitantes.
La presidenta de AySA, Malena Galmarini, explicó: «Este programa es el resultado del compromiso que asumimos como empresa para que el acceso a los servicios básicos sea una realidad. Si nosotros solamente hacemos las redes y luego los vecinos no pueden hacer la vinculación a sus hogares, lo que hacemos es ficción. El objetivo de ConectarT es que más argentinas y argentinos tengan la posibilidad de tener agua y cloacas en sus casas”.
En efecto, a través de diversos relevamientos, se identificó sólo el 58% de los hogares consigue conectarse a los desagües cloacales, aunque el 90% aún desea poder llevar adelante la obra y su principal limitación es económica. Además, se pudo identificar también que en algunos casos, aquellos que logran vincularse, lo realizan de manera irregular, generando la convivencia de sistemas alternativos de provisión de agua y desagües cloacales que podrían traer aparejadas complicaciones a futuro.
Por este motivo, el programa ConectarT, prioriza a zonas vulnerables que dispongan de la red oficial habilitada por la empresa durante el período 2015-2019 y donde haya un mayor porcentaje de desconexión. Las prioridades de cada proyecto se determinan en conjunto entre la empresa y cada municipio.
Además, por medio de este programa, se podrá desvincular los servicios sanitarios alternativos, tanto de provisión de agua no segura como de desagües no controlados; sensibilizar y concientizar a la población sobre los beneficios de conectarse a las redes y reducir el impacto ambiental negativo provocado por el uso inadecuado de la infraestructura sanitaria.
El proyecto actualmente se está desarrollando en 6 municipios del conurbano bonaerense: Almirante Brown, La Matanza, Hurlingham, Morón, San Fernando y Tres de Febrero. Cada uno de los proyectos es realizado por cooperativas de trabajo integradas por vecinos y vecinas del municipio, generando una nueva fuente empleo local respetando la paridad de género que establece que cada equipo de trabajo debe estar conformado 50% por hombres y el otro 50% por mujeres. A la fecha, se generaron más de 800 puestos de trabajo directo a través de la incorporación de las Cooperativas de Trabajo para llevar adelante el programa.
Lucia Gauna, Cooperativista de Unidos y Organizados del Partido de Almirante Brown, expresó: “Nosotros hicimos una capacitación de 7 días donde nos explicaron todo lo que es obra, la instalación, y después 2 días de todo lo que era social, donde nos explicaron cómo hablar con los vecinos y cómo lidiar con los conflictos. La gente está muy contenta, es un avance para este barrio. Es un trabajo grande y totalmente gratuito, donde se le hace toda la instalación nueva”.
Es importante destacar que tanto AySA como el Banco Mundial, realizan un seguimiento de los objetivos propios del programa. En primer lugar, la empresa no sólo administra los fondos destinados del organismo financiador, sino que también coordina la supervisión técnica y la formación técnica y social de las cooperativas que ejecutarán cada obra. A su vez, cada municipio se ocupa de determinar las áreas prioritarias a intervenir y la contratación de las cooperativas que ejecutarán las vinculaciones.
“Estamos muy conformes y agradecidos por el gran progreso. Hace más de dos años que estábamos intentando hacer la obra y no podíamos. Íbamos preguntando por presupuestos pero el salario no alcanza. Los días de lluvia era sabido que el pozo se iba a desbordar y teníamos que andar pendientes de que no se rebalse, y ahora ya nos olvidamos de todo eso”, agregó Gladys Quiñones, vecina beneficiaria del Programa ConectarT.