Magali Ibáñez por Magali Ibáñez
Soy Magali Ibáñez tengo 17 años, desde los 6 años que hago este arte marcial que es el taekwondo, empecé haciéndolo por parte de mi papá y se terminó convirtiendo parte de mi vida. A los 7 años tuve mi primer torneo con cinturón amarillo, algo nuevo pero que con mi tan corta edad sabía que quería seguir en esto, a los 9 tuve mi primer torneo internacional y desde ahí empecé a entrenarme cada vez más y más para poder seguir participando en cada torneo, más allá de ser un deporte se convirtió en una disciplina que me fue enseñando muchas cosas para la vida en general, me ayudó mucho en tener disciplina en el colegio, ser responsable y siempre ir muy decidida por lo que quería, hoy estando en 6to, último año de la secundaria, sigo teniendo esa constancia como desde chica.
“Entrando otra vez en el deporte”: En el 2021 luego de la pandemia se organizó una convocatoria para la selección argentina de taekwondo, quienes siendo parte de ahí podría viajar al mundial de Finlandia de 2023 (este mismo año), y me presenté para poder cumplir ese sueño, en esa oportunidad no logré quedar convocada, en 2022 volvieron a hacer otra convocatoria en la cual tampoco quedé, pero yo sin darme por vencida en febrero del 2023, se realizó una última convocatoria que era la que definía para viajar al mundial, fueron tres fines de semana con 40°grados de calor entrenando tres horas sábado y domingo, observando los entrenadores quienes iban a ser los seleccionados a representar al país. Después de esos 3 fines de semana quedaba esperar el mail de que, si estaba o no, hasta que el 3 de abril de 2023 me llegó la noticia que fui convocada a formar parte de la selección argentina de taekwondo, y desde ahí comenzó mi sueño, me sentía tan contenta de poder lograr lo que tanto busqué, aparte de eso se realizaron ranqueables para participar de forma individual en los cuales logré clasificar en la modalidad de formas de 2 dan y de lucha en la categoría juvenil de 53 kg a 57kg.
“Y emprendió el sueño”: Fueron cuatro meses muy duros, tema económico que no se llegaba, tema alimentación que tenía que tener el peso correcto, meses de hacer rifas, papás colaborando, gente muy solidaria ayudándome, sponsors dándome una mano enorme, entrenamientos muy duros, lesiones, incertidumbre en mi casa, mi papá haciendo de todo para poder llegar a comprar los pasajes, muchísimo esfuerzo tanto de los que me rodeaban como el mío, días en los que la mente y el cuerpo se agotaba pero había que salir a flote porque estaba por ir a representar a nuestra bandera en lo que más me llena el alma hacer. Y un día se llegó, se pudo conseguir lo que tanto costaba, el 29 de agosto emprendí viaje con mi papá y mi maestro, el 31 de agosto de 2023 llegamos a Finlandia, el destino qué esperé por ansias muchos meses, el lugar por lo cual pasaba horas entrenando, dejando de lado muchas juntadas con amigos, y reuniones familiares, pero siempre con el estudio, cursando también UBA XXI virtual para así poder el año que viene entrar a la facultad en la carrera de abogacía algo que también me apasiona.
“Volviendo al mundial”: La fecha era del 3 al 10 de septiembre, el 4 tuve el pesaje por el cual estuve cuidándome demasiado y logré llegar correctamente, el 6 comenzaba la competencia en lucha y el 8 en formas, en ninguna de las dos modalidades logré alcanzar el podio, pero me quedó para siempre en mi corazón dejando todo en ese cuadrilátero, dejando todo por nuestros colores y eso no tiene comparación, el 9 me tocó con la selección argentina en formas, luego de 3 pasadas ganando, logramos consagrarnos CAMPEONAS MUNDIALES, en ese momento y hasta ahora no lo podía creer mi sueño estaba cumplido el estar en ese lugar pero aún se cumplió más logrando y obteniendo ese lugar que lo soñé con mi vida.
“Así es un poco de mi historia”: El taekwondo es algo que llevé, llevo y llevaré siempre conmigo, esta experiencia fue única y las sensaciones vividas en ese lugar no tiene explicación, estoy más que agradecida con mi familia que sin ellos no pudo haber sido posible, se bancaron horas y horas esperándome mientras yo entrenaba, mi mamá yendo y viniendo, haciéndome la vianda para comer bien, llevándome y trayéndome, días sin dormir pensando en cómo juntar para poder cumplir mi sueño, mi hermana que se cansaba esperando, que se aguantaba mi mal humor por mi cansancio, la verdad que una familia de oro que me apoyó desde el minuto cero, entendiendo cada parte mía y situaciones que pasaba, y obvio también agradecer a todos los de mi alrededor que me dieron una mano inmensa ,compañeros, alumnos, padres, instructores, conocidos, mi maestro, padrino, mis sponsor.
¡No me queda más que agradecerles a todos!
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